Por: Míkel F. Deltoya Primaveral, abstracta, que se mezcla con la liturgia del silencio…
redondez arbitraria, sangre derramada sobre mi pie derecho, tormenta de arena ¿dónde, dónde, dónde hallarás a un desierto como yo? que te nombre – cruenta y generosa- tormenta de arena: has arrasado conmigo en besos circulares. ¿dónde hallarás a un violinista, a un cenzontle, a un vigilante, como yo? que te nombre tormenta de arena – luz y sombra – cáliz de flores que te nombre pasajera, sueño lúcido, refugio, vela encendida, limadura de hierro sobre el mar magnético de la Zona del silencio. sueño del Escipión, constelación, microscopio-telescopio, hechicera, plenilunio incandescente, cabello rafagueando de aroma la doble hélice, la manzana del fin de los inicios, el maíz de Prometeo, la reapropiación del mito, pieza de rompecabezas del soberbio egipcio. liga de cabello rafagueando de aroma la deconstrucción la inducción… inventando un nuevo continente, una tierra exacta, another bandera, hebrada con tu vestido rosa secando al sol que te vio nacer junto a mi cuerpo de oso-tulipán-rinoceronte de todas formas tú, de todo número, animadversión, de todo río y satélite, de todas maneras tú Tú TÚ. Necesidad absoluta, sin abolición, nítida-trasparente-cañóndelcobre-cascada. Ábreme el pecho. Arráncame el corazón. Llévatelo, tú Tú TÚ.
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