Por: Víctor Bahena I
Ningún escorbuto non grato asoma la huesuda jeta del payaso en los arrabales. presto a la vida, lleno de malabares sinsentido, el bufón reniega su alimento de artista… Los grotescos zapatos de charol o gamuza, los petos de añil chillón con garbosa costura, según beneplácito de la máquina Singer La nariz roja y bombacha aguileña e infesta de cocaína bajo el mote de quien sabe qué pelele autista Un payaso es elegante y pocos lo saben, su pasta muy apenas para pellizcar lo justo Ese es el encanto Cada risa que roba gesta un hijo, luego se le dislocan en flores de plástico dejando astas bufonas por pedregales y suburbios El payaso golpea a la miseria o al menos lo cree, con el chicote se sirve para el desenfado y la argamasa El colorete le subyaga una antipatía por el sol, las mujeres le descansan atenidas al fracaso, poco sumisas se cubren los pechos con los tirabuzones de sus pelucas fucsias, el chiste ya está contado …
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